jueves, 4 de agosto de 2011

EL GERENTE LIDER

La gerencia es un cargo que ocupa el director de una empresa lo cual tiene dentro de sus múltiples funciones, representar a la sociedad frente a terceros y coordinar todos los recursos a través del proceso de planeamiento, organización, dirección y control a fin de lograr objetivos establecidos. Henry, Sisk y Mario Sverdlik (1979) expresan que: … El término (gerencia) es difícil de definir: significa cosas diferentes para personas diferentes. Algunos lo identifican con funciones realizadas por empresarios, gerentes o supervisores, otros lo refieren a un grupo particular de personas. Para los trabajadores; gerencia es sinónimo del ejercicio de autoridad sobre sus vidas de trabajo… De allí que, en muchos casos la gerencia cumple diversas funciones porque la persona que desempeña el rol de gerenciar tiene que desenvolverse como administrador, supervisor, delegador, etc. De allí la dificultad de establecer una definición concreta de ese término. Es muy usual escuchar quejas de directivos, jefes, dueños de empresa sobre el personal que labora en su organización. A diario andan buscando maneras para aumentar la productividad de su personal, de encontrar la motivación al trabajo que los haga más eficientes. Es del todo cierto que esta es una historia que no se da en todo los casos, pero salvo ciertas excepciones las quejas son repetitivas en este aspecto, empleados que llegan tarde, apatía laboral, chismes, pereza, la ley del mínimo esfuerzo, ausentismo, indiferencia, falta de pertenencia entre otras son los lamentos que esbozan quienes ostentan cargos de dirección en las empresas de cualquier índole, no sólo privadas.  Y aunque hay varias razones que explican este tipo de comportamiento, y hay muchos estudios que así lo avalan, quiero remitirme a algo en particular que puede generar ese tipo de conductas. Es interesante el principio de la responsabilidad, que se orienta hacia el hecho de que cada quien se pregunte “y en esta situación particular, ¿qué puedo hacer yo?” A un empleado se le compra su trabajo, ese por el cual fue contratado, pero su lealtad, su corazón, su compromiso, su participación creativa, la diligencia en el trabajo en equipo, eso no se compra, se gana. Eso no cuesta un billete pero vale muchísimo. Si hubiese una fórmula específica muchos pagarían por ello, y he allí una de las razones por las cuales eso les pasa no solo con sus empleados, sino también con sus hijos, con su pareja. Esas cosas no se pueden comprar, se ganan a través del tiempo con un trabajo diligente que queda evidenciado con el ejemplo constante. Pretender comprar la fórmula mágica es una muestra que quien tiene esa intención viola los principios nobles y auténticos.  La disonancia que se presenta en aquellos que ostentan poder les genera más pérdidas que lo que pueden comprar con todo el dinero que tengan.

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